sábado, 31 de marzo de 2012

Capitalismo de casino y derechos de autor

Capitalismo de casino y derechos de autor. De David Bowie a Arteria, pasando por Lehman Brothers. (Reproducimos parcialmente este artículo de DGA de Comunes, Radio Círculo. Nodo 50. del 25/3/2012, que toma como referencia el libro El Casino…)

Las próximas elecciones en la SGAE vuelven a poner de manifiesto uno de los mayores escándalos en lo que a propiedad intelectual y entidades de gestión se refiere, los llamados derechos anónimos (derechos de obras con autores sin identificar) en la SGAE, con los que se financió la trama inmobiliaria de la red ARTERIA.

[...] Se puede [...] afirmar que el comercio intelectual comparte con la especulación financiera e inmobiliaria rasgos formales de eso que la tradición marxista ha llamado "capital ficticio". En principio, la legitimidad del capital ficticio se basa en las expectativas de que será validado por futuras actividades productivas [...]. Es decir, en los mercados financieros, como en las grandes operaciones inmobiliarias o en el comercio invisible existen royalties que no proceden de la producción sino que constituyen una auténtica usura social [...]. La especulación cultural genera dinero como por arte de magia en la medida en que la sociedad asume como costes los beneficios de los oligopolistas que o bien incrementan el precio de las mercancías en más de un 300% (CD’s) o sencillamente están en condiciones de añadir consumidores sin coste adicional (Internet, televisión vía satélite...); todo ello sin dejar de saquear las inversiones públicas en tecnología, educación, arte o investigación.

César Rendueles - Copiar, robar, mandar.

Con el dinero de los derechos de autor se ha especulado mucho dentro del capitalismo de casino en el que vivimos inmersos. En su magnífico "El Casino que nos gobierna" Juan Hdez. Vigueras nos recordaba el artículo de The Guardian del 2009 "Is the recession David Bowie’s fault?" (¿es culpa de David Bowie la recesión?). Los derechos de autor de 287 canciones de David Bowie (autor entre otros temas de "The man who sold the world") fueron convertidos a bonos que se vendieron a inversores. No fue el único artista con el que se especuló con su catálogo, también se hizo con gente tan dispar como James Brown o Iron Maiden.

El origen de la operación relacionada con Bowie fue que en 1997 necesitaba una fuerte cantidad de dinero para recuperar los derechos de sus canciones, y el financiero David Pullman le asesoró en como proceder. Fue una operación financiera de millones de euros, con la colaboración de financieros y bancos, donde se ofertaba la participación en los beneficios (royalties) de las ventas de discos de Bowie en el futuro. Problema: en un mercado en el que se vislumbraba que la venta física de discos entraba en barrena y que no había visos de recuperación. Bowie dejó de sacar discos con temas nuevos en el 2003, siendo "Reality" su último LP. Un artista que no saca discos y no entra en el ciclo grabación-promoción-gira genera muchísimos menos royalties como artistas de éxito en activo.

Bowie estuvo muy bien asesorado en lo que firmaba: obtuvo el dinero necesario para recuperar sus derechos independientemente de publicar o no discos, cosas que no aplicaba a los inversores, que aportaron dinero para recuperarlo con las futuras ventas de Bowie. En el 2009 saltaba a la prensa del Reino Unido el resultado de esta operación, que resultó bastante desastrosa, siendo un antecedente claro del camino suicida emprendido por la banca con operaciones como las de las subprime que provocaron la crisis. Un ejemplo más, en definitiva, de los recursos que aplica la banca "en su búsqueda de liquidez, demandando cantidades ingentes de dinero para sus operaciones en bolsas y mercados financieros" (Juan Hdez. Vigueras).

Además de convertir la hipotética recaudación de derechos de autor en bonos, se puede utilizar el dinero de la recaudación con fines especulativos, con el riesgo que eso conlleva. La SIAE, la equivalente italiana a nuestra SGAE, perdió en el 2008 la friolera de 40 millones de €, por invertir en un fondo gestionado por Lehman Brothers. Y la SGAE decidió embarcarse en una megalómana aventura inmobiliaria, la red Arteria. Los propios candidatos de las próximas elecciones en la SGAE dicen cosas que son tremendas. Reflejamos parte de las entrevistas que han concedido al diario El País, porque son verdaderamente escandalosas…

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